martes, 3 de septiembre de 2013

CATUPECU MACHU: ENTRE MADERA, MICROCHIP, SECRETOS Y DIALECTOS

Fiel a su estilo innovador y cambiante, Catupecu Machu volvió a deslumbrar con su atípico show electroacústico y lleno de emociones.
(Jueves 29 de Agosto / Teatro Gran Rex)


Luego del exitoso ciclo en el Samsung Studio de San Telmo (diez funciones entre Agosto y Octubre de 2012), Catupecu Machu retomó el “Madera Microchip” y lo llevó al Gran Rex. La expectativa que se generó fue tal que, cerca de las 21:30, el teatro ya estaba completo esperando la aparición de los músicos. Como incrustados en cubículos aparecieron Fernando Ruíz Díaz, Macabre, Sebastián Cáceres y Agustín Rocino (¡¿cómo no sentir entre la gente, también allí, la presencia de Gabriel Ruíz Díaz?!) para deslumbrar con un acústico atípico, donde se mezclan tecnología con instrumentos clásicos de antaño, lleno de emociones, recuerdos y anécdotas. Un show que fue una especie de “catarsis” necesaria y cuentas pendientes cumplidas.

La lista de temas estuvo encabezada por “El Mezcal y la Cobra”, “Viaje del miedo”, “Muéstrame los dientes” y “Refugio”. Luego cantaron a viva vos, todos juntos, el cumpleaños feliz al “Búho” Rocino, quien disfrutaba del festejo de su natalicio sobre el escenario. Después de “Plan B: Anhelo de satisfacción” y “Musas”, el cuarteto se tomó un intervalo de diez minutos para luego seguir con más sorpresas, porque lo mejor siempre está por venir…


En el “Madera Microchip”, el sello visceral de la banda, la energía y su pulso bailable, se fusionan con las nuevas posibilidades que ofrecen las aplicaciones de los iPads. Entonces, el baile flamenco y la guitarra española conviven con estos nuevos sonidos, como en la versión de “Vi llover”, donde el acompañamiento del guitarrista Mariano Manzella y la bailarina Laura Manzella, que le sacó chispas a la pista, hicieron de esta canción un espectáculo internacional. Por su parte, Mariana Baraj, en forma virtual desde Japón, fue otra de las figuras que brillaron en escena con “Mi voz es fina”.

Avanzaba el recital y Fernando Ruíz Díaz hacía del escenario un diván: contó los inicios de Catupecu Machu, cómo surgió el nombre, pero, sobre todo, hablo de su hermano Gabriel y, con nudos en la garganta y conteniendo las lágrimas, expulsó: “¡Qué emoción!”. También se refirió a su padre Rubén, y en honor a él fue que se decidió invitar a los artistas que tocaron esta noche. “Si lo viera...”, expresó como anhelando que se cumpliera su deseo.

Había pasado el flamenco y seguía el tango, uno de los protagonistas de esta velada. Se sumaron Amelita Baltar, Sebastian Barbui y Ariel Hernández para una versión imperdible de “Klimt...pintemos”, con un pico entre Ruíz Díaz y la tanguera en el cierre. Luego de que “Entero o a pedazos” hiciera sacudir el teatro con Javier Weintraub (violín), hubo lugar para otra despedida cariñosa que hizo sorprender a varios: esta vez el pico fue con Sebastián Cáceres.


La banda siguió repasando sus grandes temas. Cuando llegó el turno de “Magia veneno” aparecieron German Daffunchio, Gabriela Martínez y Sebastián Schachtel. Catupecu Machu y Las Pelotas juntos, sobre un mismo escenario, provocaron el regocijo de los amantes del buen Rock.

Los últimos invitados de la noche fueron el gran Jaime Torres, su hijo y su yerno con sus respectivos charangos. Luego de una zapada que dejó boquiabiertos a todos, tocaron “La llama”.

Se acercaba el cierre del “Madera Microchip” versión Teatro Gran Rex. “Ritual”, “Cuadro dentro de cuadros” (mezclada con “Persiana Americana”, de Soda Stereo) y “Ascensor” (con “Mañana en el Abasto”, de Sumo) le dieron el final justo a una noche mágica, llena de sorpresas y confesiones.

Entrada la medianoche, Fernando Ruíz Díaz pidió “que esta energía llegue a Gaby, (Gustavo) Cerati y todos los que la necesiten”. Para finalizar este encuentro íntimo, pero multitudinario, entre madera y microchip, todos los artistas se hicieron presentes en escena y se despidieron uniéndose en un abrazo fuertemente ovacionado. Y merecido tiene todos los aplausos Catupecu Machu porque, en su afán por innovar contantemente, dio con este interesante show donde funciona lo clásico con lo vanguardista para redimensionar sus grandes canciones.



Fotos: Nicolás Córdoba
Autor: Jorgelina Bonetto
Publicada en http://esquinarockweb.com.ar/nota.php?id=16398#.UiYjMtKZaZ4