“El sonido de las cataratas acompaña mis sueños”… no justamente porque este hospedada en el Sheraton sino porque el tanque del vecino no deja de rebalsar. Todas las noches, a la misma hora comienza a escucharse el sonido de la caída de aguas grandes en el patio de al lado de casa.
Escribí, en ediciones anteriores sobre la falta de compromiso social en nuestra comunidad. Afirmando mi teoría cada día que pasa.
Vecinos de distintos barrios hacen escuchar sus quejas sobre la falta de agua en los hogares, pasan días y noches juntando baldes de agua de los hilos que débilmente fluyen de las canillas con este preciado tesoro. La higiene personal y la limpieza ya dependen de IMAS, además del compromiso del vecino que sigue sin arreglar su tanque porque quiere evitar la fatiga, ni la perdida de agua en el patio.
“Vivimos en un lugar rodeado de ríos, y aunque usted no lo crea, en mi casa no hay agua. Tendré que ir a bañarme a las costas del Paraná, acá abajo nomás, porque en el barrio no hay desde hace 4 días. Ahí me encuentro con doña Pepa que le va a lavar las camisas a José que tiene que ir a laburar y en el trabajo no le pelan que vaya sucio. De paso me tomo unos teres con Julia que aunque ella, a veces tiene agua, viene a darnos una mano” explica Mirta, vecina del barrio Santa Rosa, a un turista que alquiló una casa temporalmente ahí y se encontró con esta situación.
Hablemos nuevamente de compromiso, aquel que vemos reflejado en estas vecinas cuando cruzan por una situación difícil y comienzan a entender la importancia de CUIDAR esto que es vital en nuestras vidas. ¿Por qué llegar a no tener, para apreciar lo que en algún momento tuvimos? ¿Por qué pensar que no me puede pasar a mí, si me hace dormir el sonido del agua cayendo a las 2:00 am?¿porque esperar que alguien venga con la varita mágica y lo solucione?
Demográficamente Iguazú explotó. Hace 10 años éramos 35000 habitantes y hoy somos casi el doble, esto significa que hay más casas, más gente que se baña, que limpia, que deja correr el agua cuando lava los platos, mira la novela mientras riega las plantas o moja la calle porque “hace mucho no llueve y el auto levanta el polvo”.
Más allá de que sabemos que la empresa que provee el agua potable a nuestra ciudad también se vio desbordada por la demanda, y no le dan soluciones rápidas al problema, somos nosotros los que tenemos que tener COMPROMISO para con nuestro lugar, el vecino y hasta nosotros mismos.
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